Una hora antes del partido, en los bares cercanos al
Calderón, se respiraba noche grande de fútbol. Todos éramos conscientes de la
importancia del partido, ya que una victoria nos pondría cuartos en la liga y a
cuatro puntos de nuestro rival de anoche, algo impensable hace un mes.
En los últimos días no dejan de preguntarme cual es el motivo del cambio, ya que sorprende mucho que si los jugadores son los mismos, este equipo juegue a otra cosa. Yo solo puedo explicarlo de una manera y es que Simeone les ha inculcado en un tiempo record su manera de entender el fútbol, que yo resumo en una frase,
“Puedes ganarme pero vas a sudar sangre para conseguirlo”
Voy al Vicente Calderón con energías nuevas porque sé que
los jugadores que nos representan en el campo lo van a dar todo por ganar. Los
atléticos somos una afición muy agradecida porque nos entregamos al equipo de
manera incondicional cuando vemos intensidad, concentración,… esfuerzo. Como ya
os he dicho en otros artículos, este equipo tiene el espíritu del 96 y los que
tuvimos la suerte de vivir como abonados esa temporada, nos ilusionamos.
Ayer no ví un gran partido de fútbol tácticamente hablando,
pero si que ví dos equipos que lucharon hasta el límite. Pienso que nosotros
hicimos más para ganar el partido y que la ocasión más clara fue nuestra,
cuando Rami saca de manera milagrosa y casi sin querer un remate de Falcao
debajo del larguero. Yo canté gol…
Se notó mucho que Diego Ribas no tuvo su mejor partido, ya
que cuando él no está “enchufado” la construcción de juego se resiente y más
cuando Adrián tampoco se lució. Sin embargo, Falcao sin meter ni un solo gol,
jugó a muy buen nivel, con buenos controles y apoyos en el centro del campo que
permitían los contragolpes al arrastrar a esa zona a más de un defensor
valencianista.
Pero el que tiene más merito es Juanfran que se está
haciendo unos partidos de un nivel altísimo en una posición que no es la suya.
Cada vez más entonado en defensa, sube con mucho criterio y gran visión
entendiendo perfectamente cuando puede pasar del centro del campo y cuando no.
El hecho de llevar cinco partidos sin encajar un gol tiene
una explicación y es que defienden todos y nadie se anda con contemplaciones ni
“preciosismos” técnicos. Cuando el esférico está en nuestra área, se pega un
patadón, se manda a 40 metros y a volver a empezar. Ya no hay nervios, ya no
hay inseguridades, todos entienden que si el balón está lejos de nuestra
portería no nos pueden hacer gol y que la manera más rápida y segura es el despeje
sin contemplaciones. Tampoco era tan difícil de entender ¿no os parece?
Ahora veo a Godín y me empieza a parecer el jugador del
Villareal.
Nos fuimos a casa satisfechos, no por el resultado pero si
por el juego directo y por la entrega. Así sí. Estamos a dos puntos del cuarto
puesto y nos queda mucho por delante… ¿a dónde llegaremos? ni idea pero ahora
da gusto verlos y soñar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario