domingo, 25 de septiembre de 2011

UN VOTO DE CONFIANZA

Ayer el Barcelona nos pegó un meneo considerable. La derrota 5-0 me dejó triste por ver a mi equipo tan desbordado, tan humillado.
Cada uno de nosotros tenemos diversos motivos por los cuales fuimos tan inferiores y todos igual de válidos.

Para mí, la principal diferencia fue la presión. El Barça muerde durante 90 minutos y en todo el campo, impidiendo jugar a su rival. El Atleti defendió, que no presionó, desde su campo, dejando pensar a este pedazo de equipo. ¿Por qué? Supongo que Manzano, que es el que los entrena y comparte muchas horas semanales con sus jugadores y es el que los conoce bien, pensará que su equipo no tiene el nivel físico para aguantar ese ritmo.
Una rojiblanca muy apasionada me indicó, con mucho acierto, que era mejor presionar durante 60 minutos y llegar con un resultado igualado faltando 40 minutos, que perder 3-0 en los primeros 25 minutos de partido.
A mí no me terminó de gustar la alineación titular, con Perea y Antonio López y Miranda sigue sin convencerme, pero eso ya va por gustos.
Al final la sensación es que Manzano no jugó pensando en su equipo, sino pensando en el Barça y así perdimos nuestra identidad.

Los aficionados rojiblancos no nos merecemos ver como nos pasan por encima, pero creo que hoy no es el día de hacer sangre. En los partidos anteriores hemos jugado muy bien y estoy seguro que este domingo a las 18 horas volveremos a  jugar muy bien y ganaremos al Sevilla.
He visto varios comentarios de hermanos de pasión, supongo que más provocados por el dolor de la humillación que por el pensamiento racional, en los que se indica que nos han puesto en nuestro sitio, que no nos podemos creer que somos buenos, … y yo os digo que este partido no puede servir para juzgar. Es evidente que no podemos luchar por la liga, pero no vamos a bajar a segunda división. Creo que tenemos todo el derecho a ilusionarnos con estos jugadores y con el buen juego desplegado hasta la fecha, o ¿es que ahora Falcao, Reyes, Ardá, Diego, Gabi, Filipe, Silvio, Salvio, Mario,… son muy malos?. Sigo pensando que hay equipo para luchar por puestos de Champion, para luchar por la Copa y por le UEFA Europa League.

Ya sé que no tengo derecho a ello, pero os pido que no os vengáis abajo y que sigamos dando un voto de confianza a esta plantilla. El fútbol pone a los equipos en su sitio y el Atleti, hasta ayer, ha demostrado que tiene mucho fútbol.

Hoy más que nunca ¡¡¡ ATLEEEEEEEEETI !!!

jueves, 22 de septiembre de 2011

VOLVER A CASA

Hace unos días mi tío Antonio, rojiblanco que bajaba de la mano con mi padre y mi abuelo al Metropolitano, falleció por culpa de un cáncer. Mi padre nos contó a mi hermano y a mí como pocos días antes de morir, mi tío se despertó y le pidió a mi padre que le contara algo del Atleti. Prácticamente no podía hablar y no tenía fuerzas, pero hizo el esfuerzo por saber de su equipo del alma.
Poco después de la incineración, mi hermano, mi padre y yo estuvimos hablando con mis primos y, como no podía ser de otra manera, del Atleti. Ese día me dí cuenta que hacía muchos, muchos, muchos años que no veía un partido de fútbol en el Calderón con mi hermano y quería tener un recuerdo de adulto de ese momento y pensé que a la primera oportunidad que surgiera se lo plantearía… y esa oportunidad surgió en el partido de ayer.

Este artículo lo ha escrito mi hermano Luis, al que le debo mi pasión por este equipo, y me siento muy orgulloso de publicarlo. Un millón de gracias. Estoy seguro que lo vais a disfrutar.

Hacía ya bastantes años – quizás demasiados – que no iba al estadio Vicente Calderón a ver jugar a mi Atlético de Madrid. ¿Motivos? Pues diferentes circunstancias que ahora no viene a cuento reseñar. Pero, por descontado, quiero dejar claro que esa ausencia nunca supuso menoscabo o desmedro de mi sentimiento rojiblanco (para los de la LOGSE, que nunca deje de sentir pasión irracional por el Atleti), si no todo lo contrario.
El caso es que el sábado anterior al partido con el Sporting de Gijón, mi querido hermano pequeño Carlos, a la sazón creador y sostenedor de este blog, me ofreció la posibilidad de acompañarle a ver el encuentro, aprovechando el abono de un amigo que no iba poder asistir por motivos laborales. Yo, que cuando las cosas me pillan de sopetón y sin tener preparado un Plan “B” tengo tendencia a adoptar una postura algo “tortuguera”, en principio no mostré un entusiasmo excesivo, e incluso le dije que seguramente no iría, argumentando alguna excusa peregrina.
Por supuesto, Carlos no insistió más e incluso me tranquilizó diciendo que no me preocupara y que no había ningún tipo de compromiso –me conoce demasiado bien…–, pero yo ví que en el fondo se había quedado algo chafado, pues le apetecía ir conmigo al campo.
Desde ese momento no dejé de darle vueltas al asunto, y a medida que lo iba pensando más y más, mis reticencias iniciales comenzaron a derrumbarse. El caso es que este equipo remozado y bajo la dirección de Gregorio Manzano había empezado con buen pie, y la victoria anterior ante el Racing de Santander hacía presagiar una tarde gloriosa. Pero lo que finalmente me hizo cambiar de opinión fue, en primer lugar, la ilusión que tenía mi hermano por que le acompañara, y en segundo, el hecho de que, sentenciado como está ya el Calderón y teniendo en cuenta mis espaciadas asistencias, ésta pudiera suponer mi última visita y, por tanto, mi despedida de tan entrañable lugar.
Así las cosas, cuando Carlos me llamó para confirmar si iba, le dije que sí rotundamente. Y pude sentir su alegría cuando escuchó mis palabras. Dicho y hecho. Quedamos en la estación de Metro de Pirámides a eso de las siete y media, con la perspectiva de pasar juntos una buena tarde de fútbol, lo cual no ocurría desde hacía mucho tiempo.
El miércoles a eso de las seis comencé a prepararme, utilizando como fondo ambiental Motivos de un Sentimiento, el himno que compuso Joaquín Sabina para el centenario. Debo reconocer que siempre que oigo este himno se me saltan los lagrimones, e inmediatamente sentí como la emoción empezaba a recorrer todo mi cuerpo, mientras escuchaba esas estrofas cargadas de sentimiento y de realidad atletista (en la versión rock, que para eso uno es “viejo rockero” además de “viejo colchonero”).
Tengo una camiseta rojiblanca de las que llevaban la publicidad de Idea Electrodomésticos, pero decidí no ponérmela al pensar que podría desentonar por ser demasiado antigua. Lo malo es que al final, pude comprobar que allí se llevan prendas de todo tipo y de toda época, así que hice un poco el idiota. Qué le vamos a hacer… Lo mismo pasó con mi venerable bufanda, a la que yo llamo cariñosamente “La Harapienta” y que conservo desde mi juventud. Es de esas que había antes, como de punto calado, sólo con las rayas rojas y blancas e impreso por encima en azul tanto el escudo como el nombre del equipo. Y está sin lavar desde que celebré con ella el doblete allá por el 1995… ¡Señor, señor, que tiempos! También tengo una bufanda conmemorativa de cuando ganamos la Europa League y que me trajo mi hermano como recuerdo de Hamburgo, pero esa es una reliquia cuasi sagrada y de momento no saldrá de casa.
Así pues, me puse mi polo azul de la Fundación Atlético de Madrid, discreto a la par que significado, y salí de casa henchido (para los de la LOGSE, lleno) de entusiasmo. Yo vivo a quince minutos del Manzanares, así que decidí bajar andando, y desde ese momento dio comienzo un aluvión de recuerdos y sentimientos que hacía tiempo no experimentaba. Cuando hay partido, por mi calle bajan muchísimos aficionados camino del estadio, y yo me introduje en esa riada humana, sintiéndome inmediatamente integrado en lo que los estadounidenses llamarían “a band of brothers”. Camisetas, bufandas, banderas… Señas de identidad fraterna y de hermandad. Aún así, y a pesar de la euforia, de pronto me asaltó un funesto pensamiento: ¿Y si perdemos? Tendría mala baba que después de tanto tiempo sin venir, hoy nos derrotaran. ¡Que ya conoces a tu Atleti…! Pero en seguida llegué a la conclusión de que incluso eso, con todo lo malo que pudiera ser, estaba incluido en la idiosincrasia (para los de la LOGSE, manera de ser propia y distintiva de un individuo o de una colectividad) del seguidor colchonero, abnegado, sufrido y acostumbrado a los reveses de la vida futbolística, así que decidí que, pasara lo que pasara, había que tirar “pa´lante” y disfrutar del momento. Carpe Diem y Alea Jacta Est, que dirían los romanos.
De esta forma llegué a la glorieta de Marqués de Vadillo, cruce el Puente de Toledo y me encamine a la estación de Pirámides. Allí ya había un gran gentío, una marea rojiblanca que lentamente se iba dirigiendo hacia el Paseo de los Melancólicos. Después de reunirme con mi hermano y darnos un abrazo, nosotros también nos fundimos en ese grupo y así llegamos hasta el Vicente Calderón. Y ahí llegó otra sacudida de emoción, pues a pesar de que he pasado por las inmediaciones del campo muchas veces, no es lo mismo hacerlo cuando hay partido y la parroquia colchonera está en pleno apogeo. Como a Carlos le gusta entrar cuando el partido está a punto de empezar, y para respetar sus tradiciones, nos pedimos un mini de menta poleo (¿o era vodka con limón?) y nos lo bebimos tranquilamente, charlando de “furgol” y de otras diversas cuestiones.
Cuando quedaban unos diez minutos para que empezara el encuentro, entramos al estadio y accedimos a nuestras localidades. Subí algo emocionado los escalones que llevan al vomitorio –que no es un sitio para devolver, si no la puerta de acceso a las gradas–, mientras veía hacerse cada vez más grande ese recuadro de luz y color, mientras oía a los aficionados gritar y cantar, y cuando por fin salí, llegó el segundo y más fuerte golpe de emotividad. Todos los recuerdos de infancia volvieron a mi mente, y me ví de niño, sentado con mi padre en aquellos graderíos mágicos de color rojo, blanco y azul; rememoré muchos partidos de Liga o de Copa, pero sobre todos aquellos del Trofeo “Villa de Madrid”, que se jugaban con equipos como el San Lorenzo de Almagro o el Peñarol de Montevideo, y que al tener lugar en verano, eran una curiosa mezcla entre espectáculo circense y excursión al campo. Y no pude evitar sentir un nudo en la garganta y un cálido humedecimiento en los ojos.
Nada más acomodarnos, mi hermano empezó a saludar a la gente que había en las localidades adyacentes (para los de la LOGSE, los asientos que había al lado, delante y detrás de los nuestros) y a hablarme sobre ellos. Muchos años de compartir penas y alegrías, sonrisas y lágrimas los había convertido en una especie de gran familia, donde todos saben de todos y se profesan un afecto muy especial. Evidentemente, y como ocurre en todas las familias, también hay algún que otro “pariente bobo”, pero al ser colchoneros, se perdona el bollo por el coscorrón.
Cuando el Atlético de Madrid saltó al terreno de juego, ovación cerrada, como es preceptivo. Cuando saltó el Sporting, tan sólo unos tímidos gritos. Por cierto, el equipo gijonés salió con la equipación completamente blanca. ¿Ganas de provocar? No lo sé, pero os aseguro que yo disfruté aún más al ganar a unos tíos vestidos de “amerengados”. A las ocho, Iturralde – árbitro presumido y nefasto donde los haya, como demostró aquella misma tarde – pitó el comienzo del partido, y a pesar de que al principio costó un poco asentarse en el campo, el Atleti comenzó a jugar bien. De entrada faltaban algunos jugadores, por lesión o porque Manzano prefirió reservarlos para el partido con el Barça (Diego Ribas, Perea, Adrian, Mario Suarez, Reyes…), pero aún así, los que salieron (Miranda, Filipe Luis, Gabi, Arda Turán…) lo hicieron bastante bien. Y Courtois, aunque tuvo poco trabajo, estuvo acertado en sus intervenciones. Pero el que se salió de madre fue Radamel Falcao, “el Tigre”. No sólo es un rematador nato, con un guante en vez de pie y que de cabeza vaya de lujo, si no que además es un jugador de equipo, muy luchador y que no da un balón por perdido hasta que traspasa la línea. ¿Kun Agüero? ¿Quién coño era el Kun Agüero?. Ayer metió dos goles preciosos; todos creíamos que había logrado su segundo “hat-trick” seguido, pero, al parecer, el primer gol se lo concedieron al jugador del Sporting en propia puerta. Pero eso da igual, el caso es que con otro golito del capitán Domínguez, al final vencimos 4-0 y los aficionados colchoneros nos fuimos a casa con un sabor de boca muy dulce, tras haber disfrutado de una entrega, de un pundonor y de un buen juego que hacia tiempo no se veía por estos lares. Tengo el pálpito de que este equipo nos va a dar muchas satisfacciones, y, de momento, ya han conseguido devolver la ilusión a una afición que, a pesar de ser fiel y sufridora hasta la médula, ya empezaba a mostrar signos de desánimo. 
En definitiva, fue uno de los mejores momentos que he vivido en los últimos años. Tan sólo me faltó una cosa, y es haber tenido sentado a nuestro lado a mi buen amigo Dieguete, madrileño de nacimiento, alicantino de adopción y colchonero hasta las trancas. Aunque es una de sus mayores ilusiones, a él le resulta muy complicado venir al Vicente Calderón, y sé que hubiera disfrutado mucho ayer. Pero en fin, otra vez será. Asimismo, quiero darle las gracias a mi hermano Carlos por haber propiciado tan maravillosa experiencia, y, por descontado, a su amigo Javi, de cuya ausencia me aproveché yo.
Luis G.P.

domingo, 18 de septiembre de 2011

EL REENCUENTRO CON UN VIEJO AMIGO

Hoy me he encontrado con un viejo amigo, uno al que hacía muchos años que no veía. Para mí siempre fue un amigo importante al que veía una vez a la semana lloviera, nevara, hiciera frío o calor… Pero hace muchos años, después de unas vacaciones de verano no lo volví a ver, no se despidió, simplemente ya no estaba. Yo volvía una y otra vez al mismo sitio donde siempre nos encontrábamos pero ya no venía. Me contaban que lo habían visto en Sevilla, en Villareal, alguna vez en Valencia, en Madrid por la zona norte y en los últimos años en Barcelona en donde se había afincado y parecía estar muy a gusto. Pero hoy me lo he encontrado sin esperarlo, mirándome fijamente a los ojos, en el Vicente Calderón y he pasado con él noventa maravillosos minutos. Mi amigo se llama FUTBOL y hoy venía vestido de rojiblanco.

El Atleti ha jugado contra el Racing de Santander y hemos ganado 4-0, con tres goles de Falcao y uno de Adrián. Al inicio del partido la grada ha rendido homenaje a la sección de Balonmano campeona de la Supercopa de España al grito de  ¡¡¡ CAMPEONES, CAMPEONES !!!

Como en los últimos partidos no hemos repetido alineación. El año pasado también pasaba esto, pero la diferencia es que el Señor Flores lo usaba como castigo y ahora el Señor Manzano lo hace para que toda la plantilla se sienta importante. Esto demuestra que una misma acción puede tener consecuencias totalmente diferentes.

No os quiero aburrir con un análisis táctico, simplemente os voy a hablar de sensaciones, las que me ha provocado Diego Ribas, Arda Turan, Radamel Falcao, José Antonio Reyes, Adrián,…

Diego Ribas me ha emocionado, ha dado una lección magistral de colocación, regate, centro y visión de juego, pero también de compañerismo, defensa, ganas e ilusión, mucha ilusión. Su juego contagia al resto y a la grada que disfruta, disfruta y disfruta.  

Falcao es un delantero de los de toda la vida, de los de rematar centros de cualquier tipo porque tiene la portería entre ceja y ceja. No es Forlan ni Agüero, que tenían que bajar al centro del campo a buscar el balón y crear goles de la nada, ahora hay compañeros que se encargan de crear las jugadas para que él las remate y haga goles.

Arda Turan centra como los ángeles, hoy dos goles son suyos, ya que esos pases son medio gol. Es eléctrico en el regate, rápido con el balón y con mucha cabeza para distribuir juego. Casi siempre está bien colocado y apoya a todos los compañeros para generar espacios.

Reyes es el jugador más regular de la liga, siempre está a un nivel alto. Como este año tiene otros grandes compañeros, no se nota tanto su calidad, pero eso no quiere decir que no la despliegue durante el partido. Impone mucho respeto a los rivales y nuestros delanteros siempre están atentos a sus pases mágicos.
Pero es que no me paro aquí, porque Adrián ha jugado una segunda parte magnífica, Mario Suárez se encarga del trabajo sucio en el centro del campo y lo hace con mucha calidad, Filipe Luis sube y baja la banda con mucho criterio y sus centros son siempre peligrosos, Courtois da gran seguridad a Domínguez y a Miranda que están sacando los balones jugando y no pateando,… pero en el banquillo y en la grada está Gabi, Koke, Godín, Salvio, Silvio, Joel, Juanfran,…

No quiero volver a perder el contacto con mi gran amigo y ya he quedado con él este miércoles. Estoy seguro que no me va a fallar y lo veré allí para darle un abrazo.

¡¡¡ SIEMPRE ATLETI !!!

sábado, 17 de septiembre de 2011

LA PROPUESTA

Este jueves jugamos contra el Celtic de Glasgow y me lo pasé bien, no solo por la vicoria 2-0, también porque nuestro equipo jugó al FUTBOL y eso no pasaba desde hacía varios años.

Manzano, cuyo fichaje me provocó más pena que otra cosa, ya que parecía el descarte fichado más que el entrenador deseado, me ha demostrado que tiene una propuesta futbolística y que solo necesitaba las piezas correctas del puzzle para ponerla en marcha. Esta vez, y parafraseando a Benítez en su etapa como entrenador del Valencia y arremetiendo contra el que era su director deportivo García Pitarch, cuando se ha pedido una mesa, se ha traído una mesa y no una lámpara, ¡¡¡ Y MENUDA MESA OIGA USTED !!!

Lo bueno de nuestro equipo es que no tiene un único sistema de juego, sino que cambia el dibujo en función del juego y, permitidme que suelte unas lágrimas mientras escribo esto, para mí eso es el fútbol. Igual que en la vida, adaptarse a cada situación es cuestión de supervivencia y en el fútbol más.

Empezamos con un 4-3-3 con Falcao como punta, Arda Turan y Diego Ribas como extremos y Gabi, Mario Suárez y Koke imponiendo seriedad y buen hacer en el centro del campo.
Terminamos con un 4-4-2 con rombo en el centro con Falcao y Adrián como puntas, Arda Turan y Reyes como extremos y Diego Ribas de media punta.

Lo mejor de todo es que tenemos una plantilla de 17 jugadores titulares mientras que otros años no. El banquillo es de calidad y con muchas opciones ofensivas. Si la cosa va mal, cualquiera de los que salgan puede revolucionar el partido y cambiarlo a nuestro favor. Incluso se quedan en la grada jugadores muy válidos.
Parece, viendo las primeras alineaciones, que Manzano quiere dar minutos a todos para que se sientan importantes, rotando el equipo titular, el banquillo y la grada. Este señor parece que sabe cuidar un vestuario, aunque una temporada es muy larga y los problemas terminan saliendo.

El tema del portero va a ser un problema el año que viene, pero este no, porque Courtois es un pedazo de guardameta. A mí me preocupa mucho que se esté cortando la progresión de Joel y de Asenjo, como he dicho, digo y diré toda la temporada, pero entiendo perfectamente a Manzano. Ahora mismo el tiene tres porteros y pone al mejor. Su misión es hacer que el Atleti gane todos los partidos con los jugadores que tienen en el plantel y el portero es pieza fundamental y más con una defensa titubeante como la nuestra. De todas maneras, a Manzano le gusta rotar el portero, como ha demostrado en el Mallorca o en el Sevilla el año pasado y estoy seguro que Joel y Asenjo tendrán sus minutos.

Por cierto, os quiero contar tres cosas del partido:

La primera es que hubo aficionados del Sion Suizo en el Vicente Calderón, es verdad que no más de 10 muchachos, pero ruidosos.

La segunda la pancarta del Frente Atlético dando un recadito al impresentable de Billy McNeill (para ver mejor la foto os dejo el enlace a facebook de Pasión en Rojiblanco - http://www.facebook.com/pasionenrojiblanco.atleticodemadrid)

La tercera me da más pena, el estadio medio vacío. No me gustó nada el aspecto del Vicente Calderón y además no lo entiendo. Tenemos un buen equipo, era una noche agradable, jugábamos contra un histórico,… ¿qué más necesitamos para animar a nuestro equipo? Nos estamos volviendo una afición cómoda. Como el partido lo retransmita la televisión, no salimos de casa…
Este año nuestro equipo nos necesita más que nunca para acabar la temporada entre los cuatro primeros, para luchar por la Copa del Rey y por la UEFA Europa League.
Si entre todos hacemos un esfuerzo podemos volver a la gloria de los títulos.

¡¡¡ SIEMPRE ATLETI !!!

domingo, 11 de septiembre de 2011

AUN NO SOMOS UN EQUIPO

Acabamos de jugar contra el Valencia, rival directo por la tercera posición, en un partido muy importante, ya que una derrota nos podía poner a cinco puntos de nuestro competidor y por desgracia así ha sido. Hemos caído 1-0.

La alineación que saca Manzano tiene buena pinta, aunque muchos ya soñamos con Diego Ribas de titular. A mí, personalmente, no me gusta Adrián de extremo y prefiero a Turan en esa posición, pero como digo es solo una opinión y de entrada no hay nada que objetar a nuestro once inicial.
El 4-3-3 implica querer tener el balón e intentar hacer fútbol.

De los primeros minutos del partido queda claro que Courtois es un gran portero y puede ser fundamental en nuestro equipo y que Falcao es un ratón, que busca cualquier hueco para situarse y tirar. El resto de compañeros sabe que lo remata todo y por eso se intenta centrar al área constantemente, aunque los centros no sean los mejores.

Nuestro equipo entra y sale del partido, no llevamos el mando pero tampoco estamos a merced del Valencia. Lo que sí es evidente es que el Valencia tira más a puerta y nuestra defensa sigue dejando huecos inexplicables, no sé si por falta de entrenamientos, por falta de compenetración o por falta de calidad. Cada vez que ataca el equipo rival, yo saco el desfibrilador por si acaso.

Sobre el minuto 20, Tiago se saca un centro mágico que Adrián desperdicia o que Guaita para, no lo tengo muy claro. La pena es que esta jugada es lo único que hace en todo el partido.
Así transcurre la primera parte acabando en tablas. Por el momento, todo muy abierto.

Empieza la segunda parte con un remate de cabeza de Gabi lamentable, que tendría que haber sido gol. El Atleti parece más enchufado hasta que Miguel, gordo como un tonel, da un gran centro y Miranda permite que Soldado remate solo.
Miranda no me gusta, en lo poco que le he visto comete errores en las marcas, intenta regatear cuando no debe, es lento y es evidente que no está compenetrado con Domínguez. Ojalá tenga que escribir próximamente que es el mejor central del mundo, pero hoy no. Desde luego Soldado se ha aprovechado de este defensa despistado.
Nos quedamos groguis y durante un rato no sabemos ni a que jugar ni que hacer.
Tiago demuestra que hoy por hoy no puede ser titular en nuestro equipo, ya que después de una falta de entendimiento con un compañero, pierde el balón y hace una entrada que es amarilla tirando a naranja. Durante todo el partido solo ha aportado el magnifico pase que os comenté antes y nada más. Poco bagaje para un jugador con mucha calidad. La consecuencia es que es sustituido por Diego Ribas, que en los 25 minutos que está en el campo demuestra mucho más fútbol que el portugués.
Este cambio junto con el de Turan por Adrián, nos hace un equipo más ofensivo y con más calidad. Sin embargo no es nuestro día en lo que se refiere al remate de cara a portería. Falcao está fuera de forma. Calidad tiene mucha y se le nota con ganas, pero hoy por hoy le veo un poco lento y es evidente que necesita conocer mejor a sus compañeros y viceversa. Pero no dudéis que es un pedazo de jugador.

En los últimos minutos vamos a por el partido pero demasiado alocadamente, sin criterio futbolístico, todo el juego por la banda derecha y con centros sin rosca, sin precisión y solo con el corazón y no con la cabeza.

Es evidente que tenemos muy buenos jugadores, desde mi punto de vista mejor plantilla que el año pasado, pero hoy solo somos once buenos jugadores, no somos un equipo. Falta entrenar y tener paciencia y os aseguro que yo la voy a tener, porque estos jugadores me gustan y me ilusionan.
Tener paciencia es lo que nos queda, solo son dos jornadas y hay mucho recorrido para mejorar.

Este jueves jugamos contra el mítico Celtic, y me gustaría darles un repaso para contestar al impresentable de Billy McNeill con argumentos futbolísticos. Esta leyenda del futbol escocés se ha permitido el lujo de no olvidar el pasado y declarar:

"El Atlético de Madrid es escoria, me pone enfermo"

Este comentario viene de la eliminatoria del año 1974 en la que eliminamos al Celtic y nos metimos en la final de la Copa de Europa. Os dejo el enlace de AS.
http://www.as.com/futbol/articulo/billy-mcneill-atleti-escoria-pone/20110910dasdaiftb_30/Tes

Yo solo quiero ver el Calderón lleno, hacer de nuestro campo una olla a presión y llevarnos la victoria por la falta de respeto de un indocumentado.

¡¡¡ SIEMPRE ATLETI !!!